sábado, 26 de mayo de 2012

CARTA DE LOS OBISPOS VENEZOLANOS A LOS JÓVENES



“Tomó el pan entre sus manos, lo bendijo y se lo dio. Entonces, se les abrieron los ojos y lo reconocieron” (Lc 24 32-33)
Queridos jóvenes de Venezuela:
Al comenzar este nuevo año y con ocasión de la celebración del Encuentro Nacional de Jóvenes (ENaJó 2012, Valencia, 4-5 de agosto), llenos de esperanza les dirigimos esta carta. Les agradecemos las múltiples ocasiones en las que nos hemos encontrado y establecido un diálogo franco y confiado. Siempre ha estado entre nosotros el deseo de conocer y amar a Jesucristo, quien acompaña y guía nuestros pasos.
“Joven Venezolano…”
Estamos convencidos de su gran anhelo de Dios. Lo vemos en la búsqueda de la verdad y el deseo de coherencia en sus vidas. Ustedes son críticos, exigentes, sinceros y valientes. Jesucristo a través de nosotros quiere acercarse a cada uno de ustedes para ofrecerles luz y fortaleza, para invitarles a seguir y comprometer su vida con él, hacer camino con él, asumir sus ideales de amor, de justicia, de respeto y de solidaridad. Tenemos la certeza de que ustedes tantas veces nos enseñan a través de su testimonio y su autenticidad.
Jesucristo y su Iglesia siempre están atentos a la vida del joven. San Lucas nos narra en su Evangelio el encuentro de dos discípulos, camino de Jerusalén a Emaús, con un peregrino que resultó ser el mismo Jesús: “Mientras hablaban en el camino y se hacían preguntas, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos” (Lc 24, 15). En ese momento comenzó a arder el fuego de la esperanza en el corazón de aquellos hombres que le confiaron a Jesús sus preocupaciones y él les infundió claridad y ánimo.
Muchas veces ustedes nos confían sus preocupaciones y angustias. Sabemos que les preocupa la violencia, causante del exterminio de jóvenes en la flor de su vida. Observan cómo la droga, el alcohol y el sexo imperan sin ninguna moderación y orientación. Les preocupa que se imponga la ley del más fuerte y se rinda culto a los más vivos y aprovechados, con una falta de racionalidad y de respeto. Les angustia que la familia y el matrimonio se vean como proyectos imposibles. Muchos manifiestan frustración porque no ven el futuro seguro en el ahorro y en el trabajo, o porque se sienten solos o abandonados. Algunos de ustedes encuentran hastío y hasta aburrimiento ante la vida.
En medio de toda esta realidad brillan muchos signos de esperanza. Vemos en ustedes el gran deseo que tienen de hacer el bien, el riesgo y la emoción que experimentan en la lucha a favor de causas nobles y justas. Esto hace que ustedes sean también apóstoles para otros jóvenes, porque “ustedes se han encontrado con Cristo, están abiertos al mensaje del Evangelio, valoran el camino que han recorrido y piden el fortalecimiento de espacios de formación y están dispuestos a “evangelizar” a los demás jóvenes, que sienten la necesidad de acompañamiento por parte de la Iglesia y quieren que ese les ofrezca oportunidades para proyectarse con un compromiso evangelizador” (CPV , Jesucristo, buena noticia para los jóvenes, n.12” ). Hoy Dios mueve los corazones de multitud de jóvenes a través de otros jóvenes. Un testimonio reciente es la entusiasta respuesta de los jóvenes de todo el mundo a la convocatoria del Papa Benedicto XVI para la “Jornada Mundial de la Juventud” en agosto pasado en Madrid, España.
“Proclama y Celebra…”
Año tras año, los Obispos venezolanos hemos tratado de acompañarlos y celebrar con ustedes. Hemos impulsado el nacimiento y crecimiento de la Pastoral Juvenil y de la Pastoral Universitaria. Hemos animado y acompañado, junto con numerosos sacerdotes, religiosos y laicos, el proceso de formación, organización y envío evangelizador de los grupos de jóvenes. Queremos seguirles acompañando y dialogando con ustedes, incluyendo a aquellos que no se sienten parte de la Iglesia.
En nuestro camino con Jesús, como Pastoral Juvenil, hemos vivido momentos muy significativos. Recordamos el I EnaJó en el Poliedro de Caracas (08-11-2003), el III Congreso Latinoamericano de Jóvenes, realizado en Los Teques (septiembre 2010) o la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid (agosto 2011), acudiendo al llamado de Benedicto XVI. El testimonio del  Santo Padre marcó la vida de muchos jóvenes y nos invitó a los Obispos a continuar cultivando la pastoral juvenil con entusiasmo y dedicación (cfr. Palabras de despedida, 21-08-2011).
Estos grandes acontecimientos manifiestan el entusiasmo de ustedes, jóvenes, en “Proclamar y Celebrar la Buena Noticia” que se concreta en cantidad de iniciativas de evangelización de sano compartir juvenil y de vivencia al servicio a los demás, por parte de grupos juveniles impulsados por la acción evangelizadora de la Iglesia.
“La Buena Noticia”…
Sí,  jóvenes: “Luchen contra todo egoísmo. Niéguense a dar libre curso a los instintos de violencia y de odio, que engendran las guerras y su cortejo de males. Sean generosos, puros, respetuosos, sinceros. Y edifiquen con entusiasmo un mundo mejor que el de sus mayores” (Concilio Vaticano II, Mensaje a los jóvenes, 5). Estas palabras siguen vigentes y, por eso, el rostro juvenil de la Iglesia Católica quiere reflejarse en el siguiente lema “Joven venezolano, proclama y celebra la Buena Noticia de Jesús Resucitado”.
Por esta razón obispos venezolanos les convocamos para que se preparen, acudan y participen en el Encuentro Nacional de Jóvenes  (EnaJó 2012, Valencia).
“…de Jesús Resucitado”.
Esperamos de este proceso formativo manifestaciones concretas en sus vidas de jóvenes para que sean artífices de la paz, para que el estudio y el trabajo sean vistos como maneras muy dignas de construir la patria, para que ustedes, jóvenes, sean signos vivos de la caridad y al amor a los pobres y más necesitados. Enamórense de la Palabra de Dios y de los sacramentos, como manifestación de la vida de Cristo en cada uno, para que sigan su vocación a la familia cristiana, al sacerdocio o a la vida religiosa. De esta manera se manifiesta Cristo vivo y resucitado en los jóvenes, él es la luz, la verdad y la vida.
Confiados en el Señor, estamos seguros de que el caminar con Jesucristo nos llenará de la luz de su resurrección. Jesús está vivo y resucitado tanto entre los discípulos de Emaús como en el camino que vamos recorriendo con él. Aquellos discípulos cambiaron al reconocer a Jesús partiendo y compartiendo el pan. “Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron” (Lc 24,33). También ustedes pueden hacer la aventura de descubrir a Jesús y comprometerse con su proyecto.
Jóvenes venezolanos, al despedirnos les reiteramos nuestra invitación al ENaJó 2012 y les decimos un “hasta luego”. Que La Virgen de Coromoto, que nos muestra a su Hijo Jesús en su regazo, les ayude como buena Madre para que vivan la alegría de la fe cristiana con el vínculo de la paz.
Que Dios los bendiga,
Arzobispos y Obispos de Venezuela.

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